(Breve comentario del aspecto mesiánico de Mateo 16:13-17)
Mateo 16:13-17 “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.
a) El contexto inmediato
La ubicación de la escena de la confesión de Pedro, es en Cesarea de Filipo, “antes llamada Paneas; esta ciudad estaba situada en las laderas sudoccidentales del monte Hermón y cerca de una de las fuentes del río Jordán. Esta ciudad había sido un centro de adoración a Baal (Léase Jueces 3:3; I Crónicas 5:23). Fue reconstruida por Herodes Filipo quien la nombró en honor de Tiberio César y de sí mismo; el nombre Filipo la diferenciaba de Cesarea del mar, en la costa del mar Mediterráneo” (*1).
Tasker, teólogo, observa que las distintas opiniones en cuanto a la identidad de Jesús tienen dos cosas en común:
(1) Lo identifican con una figura del pasado, en vez de reconocerlo como una persona única y suprema.
(2) Las opiniones contenían medias verdades peligrosas y engañosas. Jesús se asemejaba a las personas mencionadas, pero trascendía a todas ellas.
La Epístola a los Hebreos establece la superioridad de Jesús a todas las personas e instituciones del AT. La única categoría que satisface la persona de Jesús es la que los discípulos emplearon: el “Cristo” (v. 16), es decir, el “Mesías”. (*2).
Para el SEÑOR era de suma importancia saber qué pensaban de Él en cuanto a Su procedencia divina; esto a raíz de los comentarios suscitados sobre Su persona. Pedro, por revelación divina concedida, le fue abierto el entendimiento que Jesús es el Mesías prometido por Dios, según las profecías de las Escrituras del AT.
Otros textos paralelos lo favorecen:
Marcos 8:29 “Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo”. .
Lucas 9:20 “Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios”.
b) La unción de Jesús y su proclamación como el “Ungido del SEÑOR”
“El Cristo…” es un título griego equivalente al hebreo, “Mesías”; ambas palabras significan “Ungido” o “Consagrado” (*3).
Jesús fue ungido con el poder del Espíritu Santo, en el momento en que Él fue bautizado por Juan el Bautista:
Lucas 3:21-22 “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Subrayado añadido).
Hay otras declaraciones escriturales que lo confirman:
Lucas 4:1 “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto” (Subrayado añadido).
Lucas 4:14 “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor” (Subrayado añadido).
Compárese también con Mateo 3:13-17; Marcos 1:9-11 y Juan 1:29-34.
El cumplimiento de la venida del Mesías se dio a conocer públicamente cuando el SEÑOR Jesús proclamó ser el “Ungido del SEÑOR”, después de leer el Rollo del profeta Isaías en una sinagoga de Nazaret (Léase Isaías 61:1-2).
Lucas 4:16-21 “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Subrayado añadido).
c) Características de Su obra como el “Ungido de Dios”
A continuación una lista de su obra como el “Ungido de Dios”, la cual invito estudiarla y compararla con las Escrituras:
-Jesús fue llamado el “Ungido”: Salmo 2:2; Hechos 4:26
-Su unción como profeta: Juan 6:14; Hechos 3:21-23; Hebreos 1:1
-Su unción como sacerdote: Hebreos 6:20; 9:11-14, 23-28
-Su unción como rey: Juan 12:13; Apocalipsis 19:13-16
d) El concepto nacionalista y político sobre la venida del Mesías
El pueblo judío conservaba fresco la venida del Mesías profetizada en el AT; llegaron a pensar que la venida del Mesías vendría a establecer un Reino político cuyo monarca sería un descendiente del linaje de David; un imperio universal con capital en Jerusalén (Léase Salmo 110: 1-2; Daniel 2:44; Isaías 9:6-7, 11; Isaías 11; Abdías 21; Miqueas 4:6-8). Creían, pues, en un Mesías como del tipo caudillo político o rey victorioso y justo que pondría fin también al yugo romano y restaurara el Reino de Israel; y esas expectativas aspiraban presenciar del SEÑOR Jesús en Su primera venida (Léase Lucas 2:38; 3:15; 24:21; Juan 12:12-13; Hechos 1:6). Pero Él nunca permitió que lo coronaran Rey de Israel, porque aún no era Su tiempo (Léase Juan 6:15; 18:36), pues en la Segunda venida es cuando establecerá el Reino mesiánico que restaurará a Israel. El SEÑOR Jesús corrigió este concepto equivocado del reino mesiánico y les expuso las características del reino que venía a establecer en un significado moral y espiritual que transforma la vida humana (Léase Mateo 4:17; 6:10; 13:1-53; 18:1-5; 19:13-15; Marco 4:1-34; 10:13-16; 12:28-34; Lucas 8:4-15; Lucas 12:32-34; Caps. 15-18; etc.).
A Cristo sea la Gloria!
Bibliografía:
(1) Nota de la Biblia de las Américas, versión para E-Sword.
(2) Comentario Bíblico Mundo Hispano; versión para E-Sword.
(3) Notas de la RV1995; Biblia de Estudio, Pág. 1092; Mateo 16:18, Nota l.
