noviembre 25, 2012

¿POR QUÉ SOY CRISTIANO?


(Preguntas que me hacen mis parientes católicos…. )

Recuerdo en cierta ocasión que uno de mis tíos, al cual respeto mucho, mientras yo trataba de exponerle a mi tía (su esposa) la Biblia en cuanto al tema de por qué los cristianos no comulgamos (“la hostia”), me gritaba de forma encarecida y burlesca: “¡Eres un aleluya! ¡Eres un aleluya! Esa gente nomás' anda lavando el cerebro…”. Y contesté lo que todos contestamos ante ese comentario típico con una respuesta típica, pero con una alegre convicción: “Y ¡Gloria a Dios! Con la falta que me hacía. Cristo no sólo lavó mi mente, sino mi corazón…”. Total, que al final de la conversación me dieron a entender que soy un hereje destinado a la condenación eterna por haber “apostatado” de la Iglesia Católico-Romana… sin comentarios. En lo personal creo que son sinceros y bienintencionados, pues inculcaron en mi madre y en mí una fuerte tradición religiosa, al grado de que en mi niñez ya tenía inclinación por el sacerdocio católico. Gracias a Dios salí de esa ceguera en la que estaba.

Y me preguntan: ¿Por qué soy cristiano?

Bueno. Esta es mi respuesta, muy sencilla por cierto; y se la he hecho saber a todos mis familiares:

Porque así le plació a Dios hacerlo. 

No me malentiendan, por favor. NO HABÍA NADA EN MÍ QUE PUDIERA MERECER EL FAVOR DE DIOS. Mis méritos y mis obras, dentro del fuerte adoctrinamiento católico y llenos de inmundicia, no hubieran alcanzado los altos estándares de la Santidad de Dios ni la vida eterna con mis propios esfuerzos. De hecho, continúo asombrado y sorprendido sobre cómo fue que el Dios Todopoderoso se fijó en un ser tan insignificante como yo. Y POR PURA MISERICORDIA.

Efesios 2:4-9 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.

El Hijo de Dios, el Mesías prometido, el Dios manifestado en carne, dio su vida por mí y por todos aquellos que creen en el mensaje de salvación:

1Co 15:3-4 “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”. 

Romanos 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. 

Esta es la gran noticia que yo recibí y que el mundo debe conocer:

Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. 

Por tal razón, como el apóstol Pablo, tomo sus palabras para declarar Su Gloria y humillarme ante Él:

Filipenses 2:9-11 “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

Al Padre y al Cordero sean la Gloria! Amén!