(Humildes notas sobre la soteriología)
¿Es
voluntad de Dios que se pierda alguno de los que creen en Jesucristo como SEÑOR
y Salvador? Veamos lo que dice al respecto en las Escrituras:
Juan
6:37-40: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no
le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que
me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite
en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo
aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el
día postrero”.
La
Voluntad del Padre es que todo lo que es dado a Cristo, Él no pierda nada,
tenga vida eterna y lo resucite en el día postrero.
Ahora
¿Cumplió siempre nuestro SEÑOR Jesucristo la voluntad del Padre? ¡Por
supuesto que sí! Revisemos la Escritura:
Juan
5:19 “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque
todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”.
Juan
6:38 “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió”.
Filipenses
2:5-8 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
Jesucristo
siempre fue perfecto en obediencia mientras estuvo en la Tierra, y lo es aún en
los eventos futuros:
1
Corintios 15:24-28 “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y
Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y
potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la
muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando
dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa
aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén
sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él
todas las cosas, para que Dios sea todo en todos” (*1: Nota aclaratoria al
final de este apunte).
Comento
sobre la obediencia de Jesús hacia al Padre, porque si Él siempre ha hecho Su
voluntad, ¿Cuánto más que cumplirá la expresa voluntad de que todo aquel que es
dado a Jesús por parte del Padre no sea perdido? ¿Cree usted que Jesús
permitirá que usted pierda la salvación de su alma y todas las bendiciones
espirituales que esto conlleva? ¡De ninguna manera!
Conclusión:
La voluntad del Padre, un decreto irreversible.
¿Quién
puede frustrar los designios del SEÑOR? Nadie. Eso es imposible para el ser
humano. Lo que Él decreta, se hace sin miramiento alguno:
Romanos
9:19b “Porque ¿quién ha resistido a su voluntad?”
Si
el Padre determinó, conforme a Su voluntad, salvar al pecador por gracia y a
través de la fe en Jesucristo, y que sea resucitado en el día postrero en Su
venida ¿Quién puede oponérsele de que el cristiano sea guardado dentro de Sus
propósitos? Es una voluntad determinada e irrevocable de Dios. Y nadie lo puede
frustrar.
Romanos
9:15-16 “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga
misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del
que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”.
Rom
11:33-36 “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia
de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque
¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio
a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y
para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”.
¡A
Dios Padre y al Cordero Fiel sean la Gloria!
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(1*)
Anexo una nota aclaratoria para evitar conflictos contextuales o doctrinales,
basado en el librito “¿CREEN LOS CRISTIANOS EN TRES DIOSES?”; de Herb Vander
Lugt, Serie Tiempo de Buscar; Ministerios RBC; Pág. 26-27:
“En
este pasaje, Pablo nos dice que vendrá el tiempo en que Jesús habrá terminado
Su obra como Mesías y Mediador. Mientras estuvo aquí en la tierra cumplió la
ley por nosotros, pagó el precio de nuestro pecado y quebrantó el poder de la
muerte. Hoy, es la cabeza de la Iglesia. En algún momento en el futuro, llevará
a Su Iglesia al cielo en el arrebatamiento (1 Tesalonicenses 4:13-18). Luego,
regresará a la tierra a gobernar, tal como lo describen muchos de los pasajes
del Antiguo Testamento (Isaías 2:1-4; 11:19; Jeremías 23:5,6). Después de Su
reinado de mil años, terminará con la última de las rebeliones (Apocalipsis
20:7-19), castigará el pecado con el fuego, y creará nuevos cielos y nueva
tierra (2 Pedro 3:10; Apocalipsis 21-22). Pablo declaró en aquel tiempo que
Jesucristo, como Dios-hombre mediador, dejará Su lugar en el centro del
escenario, se sujetará a Dios el Padre, y ocupará de nuevo Su lugar original
dentro de la Trinidad, como antes de la encarnación. La única diferencia será
que retendrá, por toda la eternidad, Su humanidad glorificada”.