enero 16, 2013

EVITANDO CONTIENDAS INNECESARIAS…


Hace más de un mes estudiaba las epístolas pastorales y me llamó mucho la atención un punto en el cual hace falta respecto al tema de la defensa de la fe en el Cristianismo actual. Me refiero a contender y no contender. Me explico. Muchos usamos (incluyéndome) los dos textos bíblicos para hacer uso de la apologética que son 1 Pedro 3:15 y Judas 3:


1 Pedro 3:15 “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.



Judas 3 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”.



No estoy diciendo con ello que hacer defensa de la fe sea malo, inapropiado o anti-bíblico, pues es necesario explicar y sacar a luz las verdades de la Palabra de Dios; sino que, desgraciadamente, en muchas ocasiones caemos en la tentación y en los extremismos de contender y discutir de forma vana e inútil. Además, existe esa tendencia de etiquetar y dirigirse a toda aquella persona que no está de acuerdo a los credos bíblicos (sea hermano sincero pero errado o un falso maestro) con nombres como “Hijos de Satanás”, “Hijos del diablo”, “Herejes”, una expresión más fuerte: “Perros” y otras lindezas. Creo en el principio de juzgar con justo juicio, en el sentido de discernir la Palabra de Dios, amonestar y exhortar a los que están errados conforme a los lineamientos bíblicos (2 Timoteo 3:15-17); sin embargo hay actitudes apropiadas para ello como bien lo resalta el apóstol Pedro: Con mansedumbre. Se entiende que Judas, el escritor de la epístola que lleva su nombre, hablaba sobre contender ardientemente, en el sentido de defender la Biblia tal cual como nos ha sido enseñada; pero no de forma airada y ofensiva ni participando en debates que no tienen provecho para nadie. 



Nuevamente toco el tema de las epístolas pastorales pues hay muchos versículos que nos aclaran de apartarnos de contender innecesariamente. A continuación los siguientes textos, tan solo de las epístolas pastorales y que hay mucho más en el contexto de la Biblia, y también son parte de los patrones bíblicos de conducta:



1 Timoteo 1:3-4 “Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora”.



1 Timoteo 4:7-8 “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”.



1 Timoteo 4:16 “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.



1 Timoteo 6:3-5 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales”.



1 Timoteo 6:20-21a “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe”.



2 Timoteo 2:14-18 “Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos”. 



2 Timoteo 2: 22-26 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.



2 Timoteo 3: 1-5 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.



Tito 1:9 (Que el anciano sea) “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”.



Tito1:13-14 “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad”.



Tito 3:9-10 “Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio”.



Como hemos visto, en cuanto a discusiones acaloradas, lo prudente es apartarse, evitar y desechar las contiendas vanas y que no tienen provecho, no prestar atención a cosas que no pueden edificar ni contribuir en el crecimiento espiritual del creyente. Y la Biblia manda enseñar con amabilidad, mansedumbre y con sana enseñanza (doctrina) si se presta la ocasión de hacerlo y ejercitarse en la piedad y en las buenas obras que son útiles para todos (entiéndase, buenas obras por amor a Dios y a los demás; no para ganarse la salvación, Efesios 2:8-10). Al contrario de lo que algunos piensan, esto no hace a uno cobarde, sino más conforme al carácter de nuestro amado SEÑOR, manso y humilde de corazón (Mateo 11:29).



Participar en las contiendas es contribuir en la desviación de la fe, del amor al prójimo, de perder a los oyentes (no es lo mismo que creyentes), de dar mal testimonio, que acarrean pleitos y conducen al pecado. Con humildad, exhorto que tengamos cuidado (incluyéndome) con la sana doctrina de la Palabra de Dios y usarla bien, tal y como nos ha sido enseñado; de una manera que nuestro comportamiento refleje al carácter de nuestro SEÑOR y Maestro Jesucristo. 



¡A Dios sea la Gloria!