febrero 16, 2013

BREVE COMENTARIO SOBRE LA IDOLATRIA EN LA BIBLIA

a) La idolatría y las falsas religiones en el ANTIGUO TESTAMENTO

En la historia del Antiguo Testamento se narra los hechos de la nación de Israel, el pueblo de Dios y de cómo eran constantemente advertidos sobre la idolatría y las religiones paganas; sobre todo el mandamiento de no unirse con ninguna de ellas. La razón de esta veda espiritual era que Israel (y como la Iglesia) estaba llamado a vivir y consagrarse a diario en Santidad para Dios. Por otra parte, dentro del programa profético de Dios, se debía preservar su linaje; porque la nación se fundó para traer al Mesías prometido en Su primera venida.

De hecho, Israel es el único pueblo que goza del privilegio de ser llamado “Pueblo de Dios” con profundo carácter nacional. Sus raíces ancestrales y espirituales lo han identificado como un pueblo sumamente Dioscéntrico en todas las áreas de la vida: En total 613 mandatos separados ordenaron su vida política, social y espiritual.

Cito el siguiente comentario de la Biblia Devocional de Estudio:

Las demás naciones se veían hostigadas por el carácter impredecible de sus dioses. ¿Quién podía decir qué era lo que podía disgustarle o agradarle? Pero debido al Pacto, los israelitas sabían exactamente qué era lo que Dios requería y en qué posición estaban ante Él. Tenían bases para la confianza y la seguridad que sentía como nación. Para Israel, el Pacto establecía su nacimiento como nación. Dios dijo que había escogido a los israelitas como a su tesoro especial (Éxodo 19.5-6). Él quería una nación diferente de todas las otras, una sociedad modelo centrada en su entrega a Él. Necesitaba un pueblo puro, que se mantuviera separado[1].

Hay mucho de qué aprender de ellos, en cuanto a relación Dioscéntrica se refiere. Por desgracia, Israel solía ignorar este Pacto con mucha frecuencia; preferían convivir con otras naciones, tolerar sus ídolos y practicar el ocultismo. La Palabra de Dios dice:

“Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, no adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios” (Deuteronomio 18.9-13; subrayado añadido).

A causa de ello, Dios los entregó a las potencias paganas, como Asiria y Babilonia, sufriendo periodos prolongados de cautiverio y dispersión entre las naciones, conforme a lo que está escrito en Su Ley en el caso de la desobediencia del Antiguo Pacto (Léase Deuteronomio 28.15-68). Al concluir los 70 años del cautiverio babilónico, el pueblo judío retornó a Jerusalén con Nehemías y Esdras al frente; ambos líderes espirituales que promovieron la reforma de la Ley en la vida judía (Léase Esdras y Nehemías para más información). A partir de ahí, sobrevendría un celo religioso y patriótico por su pueblo (Para más información, léase “Entre Los Dos Testamentos” del Dr. William Smith: Pulse aquí).

b) La idolatría y las falsas religiones en el NUEVO TESTAMENTO

En cuanto al Nuevo Testamento, los cristianos de la Iglesia primitiva solían tener encuentros nada amables contra falsas doctrinas y sectas paganas conocidas como religiones misterio y que eran proclives a la inmoralidad: Hacían sacrificios (humanos y animales), orgías, bacanales, actos de sodomía, depravaciones sexuales, adoraciones a múltiples dioses, prácticas ocultistas, prostitución “sacra”, usos de la adivinación, hechicería y oráculos; alcoholismo excesivo, falsos profetas, falsos apóstoles y falsos maestros; además de que algunas sectas permitían el dominio de la mujer sobre el varón como cabeza espiritual y religiosa. Las naciones paganas, conocidas como “los gentiles”, en realidad; ofrecían culto a los demonios. Tomemos como referencia el siguiente versículo:

“Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” (1 Corintios 10.20; subrayado añadido).

Por ejemplo, el apóstol Pablo, mediante el poder y la gracia del Espíritu Santo, proclamó el evangelio por toda la ciudad de Éfeso, a tal grado, que las ventas de las imágenes idolátricas disminuyeron enormemente (Léase Hechos 19):

Éfeso estaba dedicada a la idolatría y a la ganancia, y el mensaje de Pablo amenazaba ambas cosas. Los ciudadanos se enorgullecían mucho de su templo, una de las siete maravillas del mundo antiguo y se enfurecían contra cualquiera que interfiriese con su próspero comercio, que dependía de los peregrinajes religiosos (…) Pablo causó un alboroto, pero también fundó una de sus iglesias más fuertes, una comunidad que más tarde inspiraba el Libro de Efesios[2].

Siguiente dato: Durante el Concilio en Jerusalén se dictaminó que los “gentiles” se abstuvieran de de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación (Léase Hechos 15.1-35).  

Sobra decir que la idolatría es una aberración a los ojos del SEÑOR, porque sólo hay un Dios (Léase Deuteronomio 6.4-9). De no reconocerlo como el Único y Soberano Dios, no hay herencia del Reino para los idólatras conforme al versículo anterior. El apóstol Pablo declaró al respecto:

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el Reino de Dios” (1 Corintios 6.9-10; subrayado añadido).

Otra oposición de la fe cristiana eran las falsas doctrinas. La Iglesia Primitivaconfrontaba a personas que se atrevían a pervertir la sana doctrina: Falsos maestros y obreros fraudulentos, judaizantes, esenios, cainitas, ofitas, nicoláitas, gnósticos y otras religiones misteriosas; los cuales enseñaban herejías que contradecían la expiación real de Cristo, Su deidad y las prácticas de la comunión cristiana. Algunas cartas expresan el combate contra doctrinas de las religiones de misterio (Léase 1 y 2 Corintios, Efesios, Colosenses, 1 y 2 Timoteo y 1 Juan; por citar algunos).
 
--------------------------------------------
FUENTE BIBLIOGRÁFICA:
[1] LA BIBLIA DEVOCIONAL DE ESTUDIO 1991© Liga Bíblica Internacional / LA SANTA BIBLIA © 1960 SOCIEDADES BÍBLICAS EN AMÉRICA LATINA / Material adicional traducido por N. Wolf de THE STUDENT BIBLE © 1986 ZONDERVAN CORPORATION; Pág. 73: “EL PACTO”.
[2] Ibid. Pág. 967: Comentario al margen.