febrero 21, 2013

COMENTARIO SOBRE 2 CORINTIOS 12:7: ¿QUÉ ES EL AGUIJÓN EN LA CARNE DEL QUE HABLA EL APÓSTOL PABLO?


Versículos a analizar:

2 Corintios 12:7-10 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (Subrayado añadido).

Observaciones

Las complicaciones de un pasaje difícil. Este es uno de los pasajes bíblicos que entran en la categoría de difíciles de interpretar. Primero veamos si el versículo 7 alude a una posesión, y a continuación en qué consiste el “aguijón en mi carne” y “un mensajero de Satanás”. Indaguemos el contexto.

Procedamos a averiguar el significado de las siguientes palabras claves para determinar si se trata de una posesión:

Aguijón

Diccionario STRONG: σκόλοψ  / skólops (G4647).- “Tal vez de la base de G4628 y G3700; seco al frente, i.e. punta o púa (figurativamente fastidio o discapacidad corporal): aguijón(28).

Diccionario VINE:skolops (σκόλοψ, G4647), denotaba originalmente cualquier cosa aguzada, p.ej., una estaca; en vernáculo griego, una espina (y así se usa en la LXX en Núm_33:55; Eze_28:24; Ose_2:6); del «aguijón en la carne» del apóstol (2Co_12:7). Su manera de hablar indica que se trataba de algo físico, doloroso, humillante(29).

Carne

Diccionario STRONG: σάρξ / sárx (G4561).- “Probablemente de la base de G4563; carne (como despojada de la piel), i.e. (estrictamente) la carne de un animal (como alimento), o (por extensión) el cuerpo (como opuesto al alma [o espíritu], o como símbolo de lo que es externo, o como el medio del parentesco), o (por implicación) naturaleza humana (con sus debilidades [fís. o moralmente] y pasiones), o (específicamente) un ser humano (como tal): carnal, carne, cuerpo, humano, naturaleza, sangre(30).

Diccionario TUGGY: Carne. Parte muscular que cubre los huesos: 2 Corintios 12:7(31).

Abofetear

Diccionario STRONG: κολαφίζω / kolafízo (G2852).- “De un derivado de la base de G2849; golpear con el puño: dar de puñetazo, abofetear(32).
Diccionario VINE: kolafizo (κολαφίζω, G2852), significa golpear con las manos cerradas, golpear con el puño (kolafos, puño)” (33).

Debilidad (vers. 9)
Diccionario STRONG: σθένεια / asdséneia (G769).- “De G772; debilidad (de cuerpo o mente); por implicación enfermedad; moralmente fragilidad: débil, debilidad, enfermedad, enfermo(34).

Diccionario TUGGY: Debilidad. En general de cualquier tipo de debilidad: 2 Corintios 12:9-10(35).

Primeramente vamos a relacionar estas palabras.

Pablo escribe que tiene sobre su carne un aguijón. Se entiende en su significado gramatical griego que implica un dolor aplica exteriormente en su cuerpo. Un aguijón no se introduce totalmente en el cuerpo humano, sino que está clavada sobre algún miembro del cuerpo. Lo que sí se penetra es el veneno. El veneno es el que se libera en el interior del cuerpo; comúnmente en el torrente sanguíneo.

También el apóstol menciona que un mensajero de Satanás lo abofetea. Se presta a entender en su sentido primario que se trata de un espíritu inmundo. Supongamos que es un demonio. Este mensajero de Satanás atormenta a Pablo afuera de su cuerpo; no dentro de su cuerpo. La palabra “abofetear” implica soltar un puñetazo a otra persona. Se comprende que es el “espíritu inmundo” quien “golpea con un puño” al apóstol; la sintaxis implica dos entidades separadas (Pablo y el mensajero de Satanás) y no una misma persona (el mensajero de Satanás dentro del apóstol). En el vers. 9, la palabra “debilidad” que alude a una enfermedad o agobio mental. Mi postura es la siguiente:

Creo que lo que el apóstol sufrió fue una enfermedad; no una demonización parcial o total. ¿Por qué motivo? Porque si relacionamos las crípticas palabras: “espina”, “carne”, “mensajero de Satanás”, “abofetear” y “debilidad”, se comprende que un espíritu inmundo infiltró en el apóstol algún tipo de enfermedad que no especifica. Hace unos instantes escribí que un aguijón introduce veneno en la piel, pero el insecto entero que proporciona el veneno no se implanta en el cuerpo humano; de la misma manera, un espíritu inmundo “abofetea” al apóstol, liberando en su cuerpo una enfermedad (el “veneno del aguijón”), pero el demonio no se introduce en el cuerpo de Pablo. Podemos compararlo con el caso de la mujer encorvada (Léase Lucas 13:10-17) y las observaciones obtenidas en el capítulo anterior, pág. 96.

¿Puede un demonio infligir enfermedades? Aparte del pasaje de la mujer encorvada, la evidencia bíblica apunta a que sí, de hecho, los ángeles en general tienen el poder de sanar como de azotar enfermedades de forma sobrenatural (sin olvidar que están dentro de los términos soberanos de Dios). Compárese los siguientes versículos:

Peste: 2 Samuel 24:15-16
Muerte masiva: 2 Reyes 19:35
Sarna maligna: Job 2:7
Sanidad: Juan 5:2-4
Muerte sobrenatural: Hechos 12:23

Pero cabe advertir que esta creencia personal no estoy siendo categórico, ni impositivo o dogmático. Puede que esté errado. 

Concluyendo en esta primera parte del análisis: El apóstol Pablo estaba siendo atormentado por “alguien” o “algo” externo a él, posiblemente un demonio, pero no implica una posesión. ¿Por qué motivo Pablo sufría estas cosas? Para evitar que se ensoberbeciera a causa de las revelaciones recibidas por Dios (Léase 2 Corintios 12:7). Compárese con el justo Job (Léase Job 1.2); al cual Dios permitió que Satanás le infligiera en su cuerpo una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza (Léase Job 2:7).

Reitero: Sobre la naturaleza del “aguijón de la carne” y “el mensajero de Satanás”, es una interpretación difícil, y mucho se ha discutido a lo largo de los siglos, pues el apóstol Pablo no especifica de qué se trata su dolencia o el ataque a su persona. De todos los comentarios bíblicos que he leído y comparado, el que más ha arrojado un poco luz (y mucha honestidad de su parte) ha sido Simon J. Kistemaker. A continuación transcribo el extracto de su comentario de la Segunda Epístola a los Corintios:

¿Cómo podemos relacionar las expresiones «una espina… en mi carne» y «un mensajero de Satanás», y a su vez, estas dos expresiones con el hecho de que Pablo es abofeteado? Las explicaciones de la dolencia de Pablo son numerosas; hay por lo menos doce diferentes sugerencias, muchas de ellas útiles. Algunas de ellas son epilepsia, histeria, neuralgia, depresión, problemas oculares (véase Gá. 4:14–15), malaria, lepra, reumatismo, problemas del habla (véase 10:10; 11:6), tentación, enemigos personales (compárese 11:13–15) y tormentos de parte de un demonio. Estas teorías han sido hábilmente defendidas por eruditos que están familiarizados con la literatura judía y la vida de Pablo descrita en el Libro de los Hechos y en las epístolas. De hecho, vale la pena considerar algunas de estas conjeturas. Pero todas ellas se enfrentan a serias objeciones. Ya sea que Pablo haya tenido una aflicción interna o externa, el resultado es el mismo: nuestras teorías son simples intentos por acertar, ya que no sabemos qué dolencia tenía el apóstol (36).

Kistemaker añade más comentarios sobre 1 Corintios 12:7b; al cual redactaré a manera de bosquejo (37):

De entre tantas propuestas, examinaremos brevemente cinco explicaciones acerca de la dolencia de Pablo. Muchas de estas propuestas han tenido seguidores a lo largo de los siglos, pero debido a la falta de evidencia escritural, continúan siendo simples conjeturas”.

Depresión. Del capítulo 1 sabemos que Pablo había sufrido desaliento debido a sus experiencias en Asia Menor (1:8). Había enfrentado reveses causados por personas como Demetrio el platero (Hch. 19:23–41). Pero esto difícilmente explica el tema de la espina en la carne de Pablo. Pese a que Pablo enfrentó oposición, no existe evidencia que demuestre que sufrió de una depresión severa. Más bien, escribe: «atribulados en todo, pero no angustiados; desorientados, pero no totalmente desorientados» (4:8). Estamos «como tristes, pero siempre gozosos» (6:10)”.
Problemas de la vista. Cuando Pablo escribe a los gálatas, les dice que la enfermedad de él era una prueba para ellos. Sin embargo, lo aceptan como un ángel de Dios y estaban dispuestos a hacer lo que sea por él, incluso a arrancarse los ojos y dárselos a él (Gá. 4:14–15). ¿Sufría Pablo de oftalmía? Pablo les escribió a los gálatas usando grandes letras (6:11), usó amanuenses para que le escribieran otras cartas (véase Ro. 16:22) y se le hizo difícil ver al sacerdote altísimo Ananías, durante la reunión del Sanedrín (Hch. 23:5). Sin embargo, no estamos seguros en cuanto al deseo de los gálatas de darle sus ojos, si esto debe tomarse literal o figuradamente. Parece ser una hipérbole; específicamente, ellos estarían entregándole a Pablo la parte más valiosa de sus cuerpos. Por último, el pasaje habla de un ángel de Dios (Gá. 4:14), pero no de un ángel de Satanás”.
Epilepsia. “¿Sufrió Pablo de ataques esporádicos de epilepsia? ¿Fue su conversión a las puertas de Damasco un ejemplo de esta epilepsia? Un ataque de epilepsia coloca a la persona en un estado  inconsciente, lo cual no fue así cuando Jesús se interpuso a Pablo cerca a Damasco. Además, cuando una persona está inconsciente, el dolor no cuenta. La epilepsia no encaja con la situación de estar siendo golpeado a puños en el rostro. No existe evidencia en Hechos o en las epístolas paulinas que haya sufrido de esta enfermedad. Y decir que la enfermedad que Pablo tuvo en Galacia era epilepsia, debido a que los gálatas lo trataron con desprecio y desdén, es añadir algo que no está en el texto (Gá. 4:14). Pablo no se refiere a una acción literal sino a una forma de hablar”.
Enemigos. Esta epístola describe a la oposición que Pablo tuvo que enfrentar constantemente. Sus adversarios eran de hecho una fuente de agonía mental para él. Sin embargo, debemos decir que una interpretación que identifica a sus enemigos con la espina en la carne, no es consistente con la evidencia actual. No nos podemos imaginar que Pablo haya orado tres veces para ser aliviado de sus enemigos. Aconseja a los gálatas que no le causen ningún problema: «porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús» (6:17). Como servidor de Cristo, mostró gozosamente evidencia de los apedreamientos, las palizas y las enfermedades”.
Aparición de un demonio. Esta teoría enseña que cuando Pablo estuvo en el cielo, su orgullo lo llegó a dominar. Pero fue súbitamente atacado por un demonio, que lo castigaba para mantenerlo humilde. Pablo le rogó tres veces al Señor que detuviera el ataque, pero le fue dicho que tenía que aprender la lección y confiar en la suficiencia de la gracia de Dios. Se presentan objeciones exegéticas a esta interpretación: el dolor físico causado por la espina en la carne no es una prueba pasajera en el cielo, sino un constante dolor en la tierra. Además, el texto no indica que Pablo hubiera sufrido castigo en el cielo, ya que dicho lugar es el menos indicado para que un demonio golpee al apóstol. Por último, se le dio una espina en la carne, no por un mensajero de Satanás sino por el Señor, quien permitió que dicho mensajero abofetee a Pablo”.

Kistemaker concluye: “Un acercamiento factible consiste en entender la aflicción del apóstol en forma literal, especialmente a la luz de un elemento paralelo. En el día de reposo, Jesús sanó a una mujer lisiada por un espíritu durante dieciocho años. Jesús le preguntó al dirigente de la sinagoga: «Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado? (Lc. 13:16). Sin embargo, el paralelo se rompe cuando vemos la conclusión. La mujer sufrió casi dos décadas y fue sanada; Pablo no fue sanado sino que se le dio gracia para que soportara la aflicción(38).

Como bien afirma el comentarista bíblico sólo tenemos conjeturas al respecto.

Lo interesante: De tratarse de una posesión demoniaca, el apóstol Pablo no hizo una sesión de “auto-liberación” ni una expulsión de demonios, al contrario de esto; se aferró a la gracia del SEÑOR ¿Evidencia bíblica?:

2 Corintios 12:7-10 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (Subrayado añadido).  

Veredicto

El apóstol Pablo nunca fue poseído por algún espíritu inmundo, sino que, entre varias posibilidades, una de ellas es fue atormentado por un espíritu inmundo; el cual fue permitido por Dios conforme a Sus propósitos. Tampoco el apóstol Pablo realizó la expulsión de demonios (ni la práctica de “auto-liberación”); ni mucho menos hizo uso de “atar espíritus inmundos”.


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BIBLIOGRAFÍA:
(28) Diccionario STRONG, versión para E-Sword.
(29) Diccionario VINE, versión para E-Sword.
(30) Diccionario STRONG, versión para E-Sword.
(31) Diccionario TUGGY, versión para E-Sword.
(32) Diccionario STRONG, versión para E-Sword.
(33) Diccionario VINE NT, versión para E-Sword.
(34) Diccionario STRONG, versión para E-Sword.
(35) Diccionario TUGGY, versión para E-Sword.
(36) “COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO”, Exposición de la Segunda Epístola a los Corintios; Simon J. Kistemaker. Pág. 457-458; Libros DESAFÍO; 2004.
(37) “COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO”, Exposición de la Segunda Epístola a los Corintios; Simon J. Kistemaker. Pág. 457-458; Libros DESAFÍO; 2004.
(38) “COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO”, Exposición de la Segunda Epístola a los Corintios; Simon J. Kistemaker. Pág. 457-458; Libros DESAFÍO; 2004.