Texto a analizar:
Apocalipsis
3:5 “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre
del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de
sus ángeles”.
Apocalipsis
22:18-19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este
libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que
están escritas en este libro (Apocalipsis). Y si alguno quitare de las
palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la
vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro
(Apocalipsis)”.
COMENTARIO JAMIESON-FAUSSET-BROWN
“Libro
de la vida—de la ciudad
celestial. Se guardaba en las ciudades antiguas un registro de sus ciudadanos:
los nombres de los muertos, por supuesto, eran borrados. Así los que tienen un
nombre que viven y están muertos (Mat_3:1), se borran de la lista de Dios de
los ciudadanos celestiales y herederos de la vida eterna; no que en el decreto electivo de Dios hayan
estado alguna vez en su libro de la vida. Pero, según los
conceptos humanos, los que tenían buena fama de piedad se supondría que estaban
en él, y estaban, con respecto a privilegios, efectivamente entre los que
estaban en el camino de la salvación; pero dichos privilegios, y el hecho de
que una vez podrían haber sido salvados, no les aprovecharán nada. Sobre el
libro de la vida, véase 13:8; 17:8; 20:12, 15; 21:27; Exo_32:32; Psa_69:28;
Dan_12:1. En el sentido de los llamados, muchos son alistados entre los
llamados a la salvación que no serán hallados al fin entre los elegidos. El
recinto de la salvación es más amplio que el de la elección. La elección es
fija. La salvación está abierta a todos, y está pendiente (humanamente
hablando) en el caso de los aquí mencionados. Pero el 20:15 y
el 21:27 exhiben el libro de los elegidos solos, borrados ya los demás”.
Mi comentario: Es decir, que el libro de la vida
incluye los nombres de todos, pero en realidad los que no serán borrados son
los elegidos; sin embargo, la proclamación del evangelio es para todos sin
excepción, pero solo los elegidos creen. Los que son muertos espiritualmente,
son borrados, los vivos en Cristo permanecen en el libro de la vida. De eso se
refiere. No se trata de una pérdida de la salvación, sino de quiénes son salvos
y quiénes no, y los que no, dentro de nuestro marco temporal, son borrados
porque están muertos.
De
ahí, que en 22:19, habla de personas que no han creído en Cristo y han
desechado las palabras del libro. De hecho, si te fijas, solo se quedan corto
con el asunto del libro, el borrar el nombre del libro, implica no entrar en el
privilegio de ser miembro de la santa ciudad y de las cosas que están escritas
en este libro (no el libro de la vida, sino el de la profecía = las promesas de
herencia para los redimidos en Apocalipsis, compara referencia contextual del
vers. 9 dentro del capítulo 22). Se entiende que los injustos son los que
añaden y omiten el libro de la profecía (Apocalipsis) porque no desean ni aman
la venida del SEÑOR y se complacen en el pecado. Veamos el contexto, pues
quienes no entran son:
Apocalipsis
22:15 “Mas los perros estarán fuera, y
los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que
ama y hace mentira”.
Además, toma en cuenta que a ellos les vienen
las plagas que ya en Apocalipsis 9:18, 20; 15:1, 6 y 8; 16:9; 18:4, 8; 21:9; si
checas este contextos, quienes reciben las plagas descritas en este libro
profético serán los injustos, no los salvos; estos injustos son los que añadirán
(u omitirán) el libro de la profecía, como lo hacen hoy los falsos profetas que
no enseñan la venida de Cristo y demás doctrina apocalíptica, escatológica y
mesiánica.