A
continuación presentamos la segunda parte de una serie de pasajes sobre personajes
bíblicos de oración; los cuáles, Dios ha usado según Su tiempo y Su propósito
de ser Él en todo glorificado.
Oración
del profeta Jonás
Jonás
2:1-10 “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo:
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y
mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la
corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije:
Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas
me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza.
Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí
para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta
ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia
abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que
prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en
tierra”.
Oración
del rey Josafat
2
Reyes 20:5-12 “y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los
cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu
mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? Dios nuestro, ¿no echaste
tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la
descendencia de Abraham tu amigo para siempre? Y ellos han habitado en ella, y
te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo: Si mal viniere sobre
nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos
delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a
causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.
Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a
cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto,
sino que se apartase de ellos, y no los destruyese; he aquí ellos nos dan el
pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en posesión. ¡Oh Dios
nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan
grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti
volvemos nuestros ojos”.
2
Reyes 20:14-15, 17 “Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía,
hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual
vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y
vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No
temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es
vuestra la guerra, sino de Dios (…) No habrá para qué peleéis vosotros en este
caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá
y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová
estará con vosotros”.
Oración
de Jabes
1
Crónicas 4:10 “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh!, ¡Si me dieras
bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me
libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”.
Oración
de Ezequías
Isaías
38:1-5 “En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta
Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque
morirás, y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo
oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he
andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha
sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces
vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de
David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que
yo añado a tus días quince años”.
Oración
del profeta Daniel
Daniel
2:23 “A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has
dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos
has dado a conocer el asunto del rey”.
Oración
de Jesús
Mateo
6:9-13 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”.
Lo más maravilloso:
Es que Dios nunca llega tarde para responder sino todo en Su tiempo y para Su
Gloria…