[Comentario publicado para la campaña en Facebook: "SEÑOR; ENSÉÑANOS A ORAR (Lucas 11:1)"]
Ya
hemos visto en temas anteriores lo que es la oración, los tipos de oración, y
la aportación edificante y completa que ha dado nuestra hermana Miriam Torres,
respecto a la oración e intercesión por la salvación de las almas
perdidas.
En
este subtema solo quiero complementar muy brevemente la oración o petición de
obreros y por el denuedo para proclamar el mensaje del Evangelio.
ORAR
PARA ENVIAR MÁS OBREROS
Mateo
9:35-38 “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas
de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda
dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque
estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces
dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”.
Algunas
observaciones:
Versículo
35: Nos describe gráficamente la actividad ministerial del SEÑOR Jesucristo. El
acompañamiento de milagros y señales era una forma de identificación como el
Mesías que había de venir. La otra, eran dadas a causa de su amor y compasión
porque aquellos que se les acercaban. Notamos un patrón interesante en la
actividad ministerial del SEÑOR: Primero era ENSEÑAR y PREDICAR EL EVANGELIO; a
continuación hacía señales de sanidad entre el pueblo para confirmar su
mesianidad y divinidad. Es decir, siempre es primero la salvación del alma, que
la señal. Recordemos el caso de los diez leprosos, que todos fueron sanados,
más uno fue salvo porque regresó y creyó en Jesús como Su Salvador (Léase Lucas
17:12-19). Las señales solo eran para confirmar el origen divino del evangelio
(Léase Hebreos 2:3-4).
Versículo
36: Vislumbramos una parte muy personal en el SEÑOR Jesús: Tenía compasión por
las multitudes que se les acercaban. Aquellas que son Sus ovejas, que andaban
sin Pastor. Recordemos que el pueblo judío estaba bajo tres yugos: El yugo del
legalismo impartido por sus líderes religiosos, el yugo del Imperio romano que
los oprimía como nación, y el yugo, principalmente, del pecado que los mantenía
muertos espirituales y separados de Dios. Principalmente era el tercer yugo el
que los separaba de la verdadera vida, y la única solución era la mediación de
Cristo por ellos y por los que habían de creer en Su nombre (Léase Juan
17:20-21).
Versículo
37-38: Jesús dice a sus discípulos, a sus verdaderos discípulos, dos cosas:
1-
La realidad de que hay mucho pueblo que necesita escuchar la Palabra del
evangelio del reino.
2-
Que hay que orar que Dios conceda más obreros, es decir, predicadores sanos
para proclamar el mensaje de las buenas nuevas, que es poder de salvación para
todo aquel que cree (Léase Romanos 1:16-17).
Reflexión:
Hay tanta necesidades en el mundo, pero no hay mayor necesidad que presentar a
Cristo solamente a los que no lo conocen, a los que permanecen en el yugo del
pecado que los esclaviza. Para ello, hay que orar para que el SEÑOR envíe más
proclamadores de la pureza del Evangelio teniendo a Cristo como Su centro. Esto
entra también en el campo misionero.
ORAR
PARA PEDIR DENUEDO
Efesios
6:18-20 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y
velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por
mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con
denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que
con denuedo hable de él, como debo hablar”.
Es
bíblico orar para que se conceda al creyente el denuedo (significa “valor”) por
parte de Dios, para predicar el evangelio. Si Cristo nos ha encomendado la gran
comisión de predicar el evangelio, también nos dará la gracia para predicarlo
en toda su plenitud y exposición clara de ello.
Un
ejemplo bíblico de ello lo vemos en el siguiente pasaje:
Hechos
4:29-31 “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con
todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan
sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos
fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”.
En
el tiempo de la Iglesia Primitiva, los discípulos de los apóstoles oraron por
denuedo para predicar el evangelio (*1).
CONCLUYENDO…
Finalmente,
en síntesis, la oración se relaciona también con el Evangelio en la necesidad
de más obrero y predicar con valor el mensaje Cristocéntrico de la
Salvación.
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(*1)
Nota aclaratoria: El pasaje del vers. 31 de Hechos 4; es usado para decir que
estos discípulos fueron bautizados en el Espíritu Santo, pero en el contexto
claramente explica ahí dice que fueron “llenos” del espíritu Santo; lo que
implica que al ser llenos de Él nos concede también el denuedo de predicar el
mensaje en Su poder para testificar de Jesucristo.