abril 19, 2013

LAS EXPERIENCIAS CON DIOS Y LA TEOLOGÍA

[Por: C. S. Lewis]

“Si tu no escuchas teología, no significa que no tendrás ningún concepto sobre de Dios, significa que tendrás un cantidad de conceptos equivocados—conceptos estropeados, turbios y primitivos.”

Todos me dicen: “la gente común no quiere teología; dales religión practica y simple.” Yo he rechazado ese consejo. No creo que los lectores comunes sean tontos. Teología significa “la ciencia de Dios” y pienso que quien desee saber de Dios quiere tener de Él las ideas más claras y exactas que sea posible. Ustedes no son niños, ¿Por qué abría de tratárseles como tales?

Entiendo por qué a algunos les desagrada la teología. En una ocasión, mientras daba una plática doctrinal, un viejo malhumorado se levantó y me dijo “a mí no me sirve tu teología. Yo soy religioso y sé que hay un Dios porque una vez, solo en el desierto de noche, yo lo sentí y allí conocí el tremendo misterio. Por eso no creo en tus nítidos dogmas y formulas sobre Dios. Quien conoce lo verdadero, sabe que esas teorías son triviales, vanas e irreales.”

En cierto modo estoy de acuerdo con ese hombre. Posiblemente él tuvo una experiencia real con Dios, y cuando él la compara con los credos y la teología cristiana, está comparando algo real con una cosa menos real. Es como quien ve el océano Atlántico desde la playa, y luego examina un mapa del Atlántico; su experiencia en la playa es real pues allí vio olas verdaderas, mientras el mapa es menos real pues allí solo ve papel y tinta. Pero aquí viene el punto.

Es cierto que el mapa solo es papel y tinta, pero hay que recordar dos cosas. 

En primer lugar, el mapa está basado en lo que miles de personas han encontrado navegando el océano Atlántico. En ese sentido el mapa es una acumulación de experiencias tan reales como la que tú podrías tener un la playa. Únicamente que tu experiencia es un vistazo aislado mientras que el mapa une las diferentes experiencias de exploradores expertos y diligentes.

En segundo lugar, si tú quieres ir más allá de la playa en el océano, el mapa es imprescindible. Si te conformas con una caminata en la playa, la vista que tendrás será más divertida que la de un mapa. Pero el mapa te va ser más útil si quieres navegar e ir de un continente a otro.

De modo que la teología es como el mapa.

Conocer las doctrinas cristianas es menos real e interesante que tener experiencias como la que tuvo mi amigo en el desierto. Las doctrinas no son Dios; ellas son solo una especie de mapa, y ese mapa está basado en las experiencias de cientos de personas que estuvieron en verdadero contacto con Dios—experiencias profundas que hacen que cualquier emoción o sentimiento piadoso que tú y yo hayamos tenido luzca elemental y borroso.

Como vez, lo que le sucedió a ese hombre en el desierto puede haber sido real, y fue ciertamente emotivo, pero eso no lo va a llevar a ningún lugar, no le servirá de nada, ni se puede hacer nada con eso. Este tipo de experiencias son emotividad sin trabajo. Es por eso que la religiosidad indefinida—sentir a Dios en la naturaleza, y cosas semejantes—resulta tan atractiva. Pero tú no vas a atravesar el océano Atlántico solo yendo a la playa a disfrutar las olas; igualmente no vas a tener vida eterna sintiendo a Dios en las flores o en la música.

De modo que, así como no se llega a ninguna parte solo con mapas sin lanzarse al océano a navegar, tampoco llegaras lejos ni estarás seguro en medio del océano sino tienes un mapa.

En otras palabras, la teología es practica; especialmente en nuestros días. En épocas pasadas, cuando había menos educación y las cosas se discutían menos, era posible vivir con unas pocas ideas simples sobre Dios. Pero esto ha dejado de ser así. Ahora todos leen y escuchan discusiones. Consecuentemente, si tu no escuchas teología, no significa que no tendrás ningún concepto sobre de Dios, significa que tendrás un cantidad de conceptos equivocados—conceptos estropeados, turbios y primitivos.

Muchas de las ideas que popularmente se consideran novedades hoy, son simplemente las mismas que los verdaderos teólogos examinaron y desecharon siglos atrás. Creer en la religión popular y superficial de nuestros días es una regresión—es como creer que la tierra es plana.