El
mejor ejemplo de abandonarse en la voluntad del Padre (en la oración), nos lo
da nuestro propio Maestro y SEÑOR, horas antes de su pasión y muerte:
Mateo
26:42 “Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar
de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad”.
El
Monte de los Olivos, cuyo nombre original es “Getsemaní”, significa: “Prensa de
aceite”. ¡Qué curiosa es la Providencia! Pues el Hijo de Dios había sido
triturado para hacer la Voluntad de Su Padre. El momento más decisivo de la
Historia de la Humanidad, pendía en el hilo de esa oración: “Hágase tu
voluntad”, haciendo eco de lo que siempre había enseñado ante multitudes, de lo
público a lo secreto.